María #lotiene

María #lotiene
noviembre 11, 2015 VERSSION
In Noticias
María_lotiene_1

Segunda entrega de la sección #lotiene. Hoy, siguiendo con nuestra premisa de conocer a personas diferentes, con el denominador común de ese algo especial, os presentamos a María.

María es una mujer joven, muy joven, pero con una experiencia vital muy rica y con las cosas muy claras… no en el sentido de convicciones muy estables o rígidas, si no, con una sensibilidad para aprender cosas que son importantes para ella, útiles, sin dejar por eso de cuestionarse lo que le pasa…

En una conversación muy animada, nos acercamos a cuestiones acerca de la percepción de uno mismo que, con las particularidades propias del momento vital, se revelan universales. Pero, sin adelantar nada más, os presentamos a María…

Sabes que queríamos hablar contigo porque creemos que eres alguien que #lotiene… ¿Tu cómo te sientes respecto de tu imagen? ¿sabes que lo tienes?

Mi imagen y mi percepción de mí misma cambia según el día, según mi estado de ánimo. Y en los últimos cuatro años no he llevado una vida muy estable he cambiado de ciudad tres veces, primero a Canadá, luego Francia y de nuevo a Madrid… He empezado y terminado la universidad. Ha sido cambio todo el rato, cuando terminé mis estudios en ADE, empecé a trabajar en una empresa. Ha sido un cambio constante, estudiar, cambiarme de ciudad, terminar la carrera, empezar a trabajar en algo nuevo….

Sentía que tenía que adaptarme, y creo que forcé un poco ese proceso de adaptación, no vino de forma natural. Cuando me incorporé a la empresa me veía como pequeña. Siempre he pensado que parezco más pequeña de lo que soy, suelen pedirme el DNI para comprar tabaco o para entrar a las discotecas… tengo 23 años y parece que tuviera 5 o 6 menos. Me suele pasar, no sé si lo transmito con mi forma de vestir, suelo llevar zapatillas, vaqueros, nunca me arreglo demasiado… Entonces intenté adaptarme para no dar esa imagen en la oficina.

¿Tu lo sientes así o es lo que te devuelven los demás…?

En el trabajo sí que me sentía mucho más pequeña, porque veía a la gente mucho más mayor y realmente era la más joven del departamento. La empresa estaba formada por ingenieros, una carrera mucho más larga que la mía, Administración y Dirección de Empresas. Los que estaban en mi situación de recién salidos de la universidad ya me sacaban unos añitos. Yo ahí me veía recién licenciada, y me sentía más pequeña… Creo que también lo transmitía… Sentía que llevaba ropa mucho más juvenil e informal que los demás y  pensaba “cómo me voy a vestir yo como ella que  va vestida como más de señora”. En este caso sí que me sentía y me veía mucho más pequeña y supongo que lo transmitía…

¿Era una preocupación cómo vestir?

Sí, claro… aunque estaba de prácticas, tenía que ir arreglada, formal, pero yo no suelo tener ropa para ir como iban los demás, entonces era como una mezcla de todo, a veces llevaba como una mezcla, unas pintas (risas)….

Y muchas veces no me sentía demasiado cómoda… era como disfrazarme, porque no tenía nada que ver conmigo, no reflejaba mi personalidad, ni nada, iba con unos zapatos que no me gustaban nada, que no me los hubiera puesto nunca, con otra cosa que tampoco… pero estuve un año, entonces me fui adaptando, al final era más yo misma, iba más como yo…

¿Y cómo fue ese proceso? ¿Cuándo dijiste ‘así voy cómoda’?

Fue porque me empecé a sentir más cómoda en la empresa, empecé a relacionarme más, y vi que con los jefes, esa distancia de edad no era tan importante, que podías ir a tomarte un café con ellos y contarles tu vida como a una persona de mi edad. Estaba más relajada, más tranquila, entonces descubrí que la forma en la que iba vestida, sí que era importante en ese ámbito de trabajo, pero que no definía nada… que no tenía que ir exactamente como los demás para ir bien vestida, que yo podía elegir un poco algo que se adaptase más a mi forma de vestir, más cotidiana pero que encajara ahí…

¿Crees que tenía más que ver con esa vivencia de la diferencia de edad, con el propio proceso de adaptación al mundo laboral…?

Las dos cosas, pero más con un proceso de aceptación personal, porque… otra cosa que me pasaba es que yo nunca tuve muy claro lo que quería hacer… Empecé a estudiar ADE pero yo quería hacer comunicación audiovisual… y no lo hice, cuando es algo mucho más vocacional. Tomé esa decisión al terminar el instituto por las salidas que podía llegar a tener, por miedo a hacer algo que luego no fuese a darme trabajo o lo que sea…

Entonces estuve, los cuatro años que dura la carrera con dudas y llegué a las prácticas con una especie de debate interno ‘¿es aquí dónde quiero estar, no es aquí?’…  Entonces a nivel laboral quería hacerlo bien, encajar pero en realidad también me daba cuenta de que no era dónde más cómoda estaba… Yo sabía que quería hacer otra cosa.

Maria_lotiene8

¿Cómo sobrellevaste ese debate interno? 

Es un poco como un conflicto contigo mismo, porque estar haciendo algo que no es lo que te gusta totalmente, te preguntas “¿por qué lo estoy haciendo?”… y te plantea inseguridades o te culpas muchas veces…

Cuando terminé el primer curso de ADE tenía pensado cambiarme de carrera, pero me dieron las notas y tenía buenos resultados entonces pensé seguir con lo que ya había empezado. Además, a partir de ahí iba a empezar a elegir optativas y me dije, “venga, un año más” y me quedé. En tercero pasó lo mismo, me dije “me tengo que cambiar”… pero me dieron una beca para irme a Canadá justo ese año que me iba a tercero y dije, “bueno, me tendré que ir a Canadá” (risas) y lo mismo pasó luego con Francia… Y he de decir que no me arrepiento, fueron cuatro años maravillosos en los que conocí gente muy especial y viajé a lugares en los que no hubiera estado de otra manera.

Cuando me gradué, me planteé empezar comunicación audiovisual, pero eran cuatro años y amigos que lo habían estudiado me recomendaban hacer una formación más técnica en alguna escuela. Dudé mucho y en el proceso me ofrecieron las practicas de las que te hablaba. Yo lo vi como una forma de poner en práctica lo aprendido, pensé que igual así cambiaba de opinión sobre mi carrera, pero no.

Entonces durante ese año aproveché para buscar algo que me gustase de verdad. Pensé que lo mejor sería buscar cómo complementar lo que ya había estudiado con algo relacionado con el cine. Busqué mucho y al final encontré un master de gestión de la industria cinematográfica, un master en producción. Me encanta y se complementa muy bien con todo lo que ya he aprendido… Estoy muy contenta. Es una forma de hacer lo que me apasiona y de valorar lo aprendido durante esos cuatro años.

Al final, es un camino y todo lo que vas aprendiendo te va a servir para algo, lo académico, pero sin duda, en estos cuatro años yo he crecido, he aprendido de mucha gente diferente y he conocido gente que, si hubiera estudiado algo distinto, pues, probablemente, nunca me hubiera relacionado con ellos.

¿Qué te han aportado las experiencias de vivir fuera?

Fueron dos experiencias muy diferentes. Cuando fui a Canadá, me fui con dos  chicas  de Madrid y un chico de Zaragoza Fuimos a una residencia con gente que estaba en la misma situación que yo y, al final, todo te venía un poco dado. Llegabas a tu residencia y te decían ésta es tu universidad, estos son los papeles que tienes que rellenar, tu seguro médico, aquí puedes comprar esto y lo otro…

Aun así su cultura nunca dejó de llamarme la atención. Por ejemplo, aquí en la universidad vas a clase a escuchar al profesor y no tienes que participar necesariamente, es más, poca gente lo hacía en mi clase… Yo soy súper vergonzosa, me cuesta hablar en publico y aquí no lo hacía nunca, porque tampoco meló exigían.

Pero ahí, toda la clase es un debate, toda la clase consiste en que el profesor plantea una idea y los estudiantes dicen lo que piensan. Al principio me dio miedo porque ellos están muy acostumbrados a hablar en público… me daba mucha vergüenza. Pero luego ya me fui acostumbrando y empecé a hablar en público… Pero luego me fui acostumbrando y empecé a hablar en público…

Otra cosa buena de esta experiencia es que conocí a mucha gente muy diferente: de distintos países y con culturas muy distintas.

Luego en Francia fue más aprender a vivir yo sola. No quería volver a una residencia, entonces decidí que buscaría un piso al llegar ahí. Lo malo es que yo pensaba que iba a encontrar piso nada más llegar, pero no. Estuve viviendo en un albergue diez días, luego me tuve que mudar a un estudio provisional con cuatro personas que conocí en el hostal porque no encontrábamos piso. Al final lo conseguimos, pero tuvimos que hacernos nosotros el contrato para la luz, los seguros de la casa, contratar el internet… Y  todo en francés. A veces era desesperante ir de un lado a otro, peleando con el idioma y llegar a «casa» sin haber resuelto nada… Pero eso me sirvió para aprender a moverme ahí y muy bien. Me compré una bicicleta para ir a clase y compartí piso con un coreano, una alemán, una española y un chico de Burgos. Nos encantaba cocinar y hacer cortos, conocer franceses y descubrir la ciudad con ellos.

¿Han cambiado algo, estas experiencias sobre cómo te ves a ti misma? 

Creo que cambió mucho, me dí cuenta que soy muy, versátil, que me adapto mucho a cada situación. Cuando me fui a Canadá, la vida era más relajada, en contacto directo con la naturaleza. Estaba más tranquila, más aislada de preocupaciones, estaba más relajada y eso lo notaba en mi forma de vestir y de verme… Dejé de preocuparme por mi imagen, y entre eso y la alimentación que llevaba ahí, engordé como diez kilos…Pero tan contenta.

Luego en Francia, al vivir en una ciudad mas grande, la vida no era tan tranquila, más oficinas, tiendas, más gente y menos paz. Además fui a una escuela de comercio en la que todo el mundo iba de traje a la universidad. Entonces yo seguía yendo a mi estilo, pero más formal. Además tenía más responsabilidades, tenía que organizarme yo. Todo eso, al final, en mi imagen se vio reflejado…

Maria_lotiene7

¿Cómo te describirías?

Creo que soy sociable, me gusta conocer gente, gente con distintas culturas, me gusta hablar con ellos, entenderlos… por ejemplo, ahora que estuve en Chile me encantó… Como conocía a mucha gente pero toda muy distinta, amigos de mis padres, la mujer que nos cuidaba de pequeños, amigas del colegio…. Toda gente muy, muy diferente, y me gustó ver cómo me llevaban a los mismos sitios y me contaban lo mismo pero desde puntos de vista muy diferentes.

Me encanta estar con la gente, escuchar y yo creo que la gente se siente cómoda conmigo, que se siente a gusto cuando está conmigo. También creo que soy una persona sincera, me gusta decir las cosas como son, no me gusta andarme con rodeos…

Qué más puedo decir… soy tímida, ya lo he dicho… También a veces soy un poco insegura conmigo misma, hay días que me veo súper bien, que me voy a comer el mundo y otros que no, que no me siento muy a gusto…

Creo que eso igual nos pasa a todos,  son juicios negativos sobre ti misma  que luego, obviamente tiene relación con lo que vayan a pensar los demás, que no sólo tienen que ver con la imagen, sino que dudas de ti…

Y, al final es eso, la imagen es siempre un espejo de tu estado de ánimo. Hay días que me ponga lo que me ponga me voy a sentir cómoda y otros en los que me puedo poner cualquier cosa que me voy a sentir  fatal conmigo misma…

Cuando te sientes con ganas de comerte el mundo ¿qué elijes?

Yo siempre voy vestida muy sencilla. Me gusta vestir de negro, casi siempre. No suelo ponerme cosas muy llamativas. Pero, cuando me siento a gusto, igual sí que me animo a ponerme algo más colorido, o pendientes, un collar o me dejo el pelo suelto…

Maquillaje no suelo ponerme casi nunca, a veces me pinto un poco los ojos… sólo para salir… pero tampoco me molesta cuando lo hago, me veo bien… Tal vez no lo utilizo porque me da la sensación de ir muy arreglada, como si fuera a llamar la atención…

El pelo lo puedo llevar suelto los días que me veo bien, porque estoy más despreocupada, más libre, me da un poco igual. Sin embargo, los días que no me veo bien, estoy más pendiente de cómo me veo, o cómo me ve el resto… Entonces por ahí, si me dejo el pelo suelto, luego lo veo y si se me ha cambiado un poco, ya no me gusta… entonces, prefiero tenerlo controlado, dejarlo como me gusta, y ya no me preocupo…

¿Y los colores?

Siempre visto de negro, aunque esté contenta o triste, siempre… Yo creo que esto empezó en la adolescencia porque quería parecer mayor y veía ese color más adulto.

Y ahora es un color que me da seguridad, lo veo como que no dice nada, pero a la vez es elegante, muy ponible, porque así no tienes que pensar con qué lo mezclas… Es cómodo, es muy cómodo para mí, me siento a gusto, creo que me queda bien… Luego hay otros colores que me veo y digo “¡Uy! Esto no me favorece nada”, o “a ver con qué lo combino” o si llama mucho la atención… entonces suelo llevar cosas como más oscuras.

¿Tienes conciencia de haber elegido tu estilo?

Yo creo que me dejo llevar, que me adapto siempre, es como te decía con los cambios. Por ejemplo, yo veo las fotos de Canadá, y me veo súper relajada, luego me veo en Francia, más arreglada. Es como que me adapto sin darme en cuenta. Pero siempre siguiendo una línea o un factor común que es la sencillez… no es que por estar en otro sitio, voy a copiar lo que se lleva o me voy a poner algo súper definido, radical… Me adapto pero en una línea mía…

Y que creo que nunca la he elegido, yo creo que ha estado ahí siempre y al final todos los estilos que voy adoptando o que voy utilizando al final son el mismo porque está tan vinculado a esa sencillez, aunque me ponga algo más arreglado va a seguir dentro de lo que yo suelo llevar…

Maria_lotiene4

¿Recuerdas experiencias, cosas que te hayan influido en la forma en la que te ves…?

Yo desde los 12 hasta los 15 era como más bajita comparada las demás y más gordita que el resto. Y es la época en que las chicas con la misma edad, algunas parecen mucho más mayores y otras mucho más pequeñas… Yo siempre fui la pequeña, no sólo de estatura si no físicamente, más niña…

También es la época en que empiezas a salir, empiezas a cambiar de estilo, mis amigas ya eran más mujercitas, parecían más adultas. A la vez, yo siempre he sido como muy buena, muy sincera, responsable…y ellas eran como más malas, ya sabes, el principio de la adolescencia. Entonces yo creo que en ese tiempo, me forcé un poco a encajar en lo que eran ellas y eso  creo que ha influido un poco en ese sentimiento de parecer más pequeña…
Al volver de Canadá, cuando había engordado, también me sentía fatal.. Yo veo las fotos ahora y digo si estaba perfecta, pesaba diez kilos más pero estaba bien… Como que exagero mucho la imagen que tengo, mi percepción de mí misma… Por eso también intento relativizar mucho esos juicios que me hago de mí misma.

Eso sí, siempre trabajo para estar bien conmigo misma, analizar mis juicios, intentar relativizarlos, no ser tan dura conmigo misma, porque a veces me convierto en mi peor enemiga. El día que te despiertas con malos ojos a la que peor ves es a ti misma, intento huir de esa dinámica… Entonces, cuando me doy cuenta, intento cortar el pensamiento y convencerme de que eso no es verdad. ¿Cómo? A veces pienso en mis amigos y en la gente tan maravillosa que me rodea y que me quiere. Si ellos están a mi lado será porque algo bueno tengo.

Además, pienso en cosas que he conseguido en la vida, logros personales y también problemas que he superado por mi misma… Intento reforzarme con experiencias y con feedbacks positivos que me ha dado la gente…

A veces me cuesta creerlo, pero al final funciona…

¿Cómo descubriste esa relación contigo? ¿A escuchar esos pensamientos?

Por mi familia y mis amigos… yo antes me quejaba mucho, ahora menos… y me decían, “Cómo te puedes quejar con lo que tienes, todos tenemos algo bueno y tenemos saber  valorar lo que tenemos”… Entonces que yo me esté quejando de algo que no es ni tan grave ni tan real… que, al final, es una distorsión que me amarga y hace que me vea aún peor. Fue por ellos, mis amigos, mi madre y mis hermanas que me hacían ver que había un fallo en mi percepción de mí misma… que igual sí que es verdad lo que veo, porque todos tenemos defectos, pero si es lo único
que ves y te recreas, al final, todo lo maravilloso que tienes, se te olvida…

Y luego también creo que tiene que ver que en la facultad he ido a muchas charlas de feminismo, mi hermana está involucrada en varias asociaciones, y me han hecho cambiar un poco la visión que tengo de mí misma, dejar de castigarme y liberarme, empoderarme… vivir para mí, estar a gusto conmigo misma y preocuparme por cosas que al final son más importantes…

Creo que al final lo importante es, si puedes, trabajar quererte como eres, que todo parte de quererte como eres y aceptar tus defectos… si realmente no te gustan y  vas a estar mejor sin ellos, pues cámbialos, si puedes, pero lo ideal sería vivir con ellos y no vivirlos como “tengo esto, qué mal” si no “mira tengo esto, pero al final… soy yo”

A mí, mis pies no me gustaban nada, es una tontería porque tampoco me han acomplejado nunca, pero me hice un tatuaje en el pie y dije bueno, así disimulan algo lo feos que son, pero ahora es que me gustan, cómo se ve mi pie y he dejado de tener ese problema… Antes como que me daba vergüenza, ahora me gusta vérmelo y la gente me ve el pie y nunca me dijeron “¡qué feo es tu pie!”, así que lo mismo no son tan feos como yo creía…

También me acuerdo de una cosa que me dijo una chica en un campamento, cuando era súper pequeña, en esa época cuando era bajita… me dijo “tu vas a ser súper guapa de mayor, ya verás”… y en el momento me hizo mucha ilusión y luego lo pensaba y decía “y ahora qué”…  quería ser ya mayor para verlo…

¿Y se ha cumplido?

Yo ahora me veo bien, estoy contenta, me veo bien, me siento a gusto, cómoda…

¿Te sientes guapa?

Depende del día, pero normalmente sí… me siento  guapa, me siento bien…

Claro que lo es. Pero más importante es cómo se siente consigo misma y cómo afronta las cosas que le pasan y aprende de ellas. Y nosotros con ella. Muchas gracias María.

 

Maria_lotiene5

Captura de pantalla 2015-10-30 a las 17.53.19

MariaK

IMG_8278