Maricarmen lo tiene

Maricarmen lo tiene
octubre 9, 2015 VERSSION
In Noticias

Comenzamos con esta propuesta, entrevistar a personas de distintas edades, profesiones, ocupaciones, orígenes, características físicas, etc. Pero todas con un denominador común. Tienen “algo” que las hace atractivas, no necesariamente llamativas, ni con personalidades arrolladoras… simplemente, transmiten un magnetismo difícil de precisar y también, de ignorar.

 

Por supuesto, la elección es subjetiva y arbitraria, como ya adelantamos en la presentación de la sección, pero justamente eso, tal vez, la haga más interesante, porque nos permite observar lo variable, intangible y sutil de ese factor.

Además, conocer la historia detrás de cada una de las personas que iremos presentando es siempre enriquecedor, inspirador y de una u otra forma, siempre una fuente de aprendizaje.

Sin demorarnos más, presentamos ya a nuestra primera invitada.

Maricarmen es una mujer joven, madre de dos niños, trabaja en una empresa del sector de automoción, se considera una persona alegre y simpática. En la conversación que mantuvimos nos cuenta cómo ha sido la relación con su imagen a través de los años y de distintas circunstancias, como la reciente superación de un cáncer de mama, y de diferentes situaciones que le han forjado su estilo personal y muchas cosas más…

 

Sabes que queríamos conocerte un poco más porque creemos que #lotienes ¿Tu eres conciente de eso? Dejando de lado el pudor y las falsas modestias que nos imponen las convenciones sociales… ¿Crees de ti misma que lo tienes?

A ver… Siendo sincera, yo me miro en el espejo, me maquillo y me esfuerzo por verme bien, que me quede bien y gustarme. Y, en general, me veo bien y me gusto. Pero luego, por ejemplo, si me hacen una foto, al verla no me veo igual, no suele gustarme.

Sin embargo, desde que hablamos de esto, he estado viendo fotos mías de muchos momentos y me han gustado. Me ha subido la autoestima… (se ríe). Vi fotos que, en el momento de hacerlas, yo creía que estaba mejor que como han quedado, pero ahora con la distancia he vuelto a verlas y me ha gustado verme, pensé… “Ah, pues sí, estaba guapa, me gusto”.

¿Cómo era y como es tu relación con tu imagen?

Creo que buena, pero siempre he tenido muchos complejos. El pecho, por ejemplo. Al principio no, pero luego me parecía muy pequeño. La cintura también, siempre fui muy recta y me hubiese gustado tener más forma. En algún momento pensé que adelgazando se moldearía el cuerpo y luego, al hacerme más mayor, pude admitir que algunos cuerpos son de una manera y otros son de otra. Hay cosas que tienen solución y otras que no, hay que aceptarlas y ya está. Ahora, con el pecho, me he operado y estoy contenta.

¿Cómo fue la decisión de la operación?

Yo ya tenía pensado operarme para aumentar el pecho, para sentirme más a gusto, pero un tiempo antes tenía un dolor muy incómodo sólo en un pecho, sentía que me punzaba, tomaba analgésicos pero no se me quitaba. Consulté con el médico y no le dio importancia, pero como no se me quitaba, fui al ginecólogo, que me mandó una ecografía, y el ecógrafo, además, me mandó una mamografía y en el informe se mencionaban calcificaciones sospechosas y recomendaban punzar.

Volví con ese informe al cirujano que me dijo que no hiciera caso, pero como no estaba tranquila, fui a otro hospital, me punzaron y confirmaron que tenía cáncer, que era de alto riesgo y que había que operar lo antes posible.

Tuve que operarme, por supuesto con otro cirujano, una doctora buenísima en una clínica especializada para pacientes con cáncer, y en una misma intervención me quitaron el pecho y me pusieron la prótesis, en uno de ellos. En el que me quitaron, el proceso fue más largo porque era necesario adaptar la piel progresivamente hasta que estuviera en condiciones de tener la prótesis definitiva, que me pusieron este año.

Y a raíz de la operación, para mí es otro mundo, tener más pecho fue una revolución, porque me ha cambiado el cuerpo y me gusta. Antes usaba sujetadores con relleno, pero no me sentía igual, no me cambiaba el cuerpo y se notaba, porque no los llenaba. Me acepto más así, aunque tengo unos kilos más que antes, me veo mejor, me siento más mujer.

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Foto Doblelente Boda

¿Te gustas más?

Yo así me siento bien, con mi pecho operado, ha sido una experiencia positiva. Aunque pienso que si me hubiera aceptado, no tendría que haber pasado por esto. Pero ahora me siento bien, uso la misma ropa que antes, la misma talla, pero ahora me queda bien.

No sé si habrá personas que se gusten siempre, que siempre se vean bien. Yo, por ejemplo, cuando me echan una foto me da vergüenza, porque pienso que no voy a salir bien, creo que es por inseguridad. En cambio, veo a otras personas, que se gustan, que son seguras de sí mismas e incluso ¡piden que les hagan una foto! Y luego, a uno le puede parecer que salió bien o no, pero pareciera que para ellos no salen diferentes a como se ven. Se gustan.

A mí, algunas personas me dicen que siempre me veo guapa, que todo me queda bien, aunque me ponga una camiseta y un pantalón. Pero yo dudo. Incluso cuando usaba el pañuelo, cuando se me cayó el pelo durante el tratamiento, la gente me decía que me quedaba muy bien el pañuelo, que estaba muy guapa. Y yo dudaba si realmente lo pensaban o eran comentarios para animarme.

¿Cómo viviste ese cambio durante el tratamiento?

La verdad es que siempre he recibido buenas críticas… Yo misma me rapé el pelo cuando empezó a caerse, porque era muy traumático. Me había comprado la peluca antes de que se cayera, pero no la usé. No me veía como era yo, no era natural, como muy de peluquería, me veía más mayor y me hacía sentir insegura. En cambio, con los pañuelos me sentía fenomenal, tenía muchísimos, mi madre me compró muchos, de muchos colores, dorados, de fiesta, turbantes… aprendí a ponérmelos e iba a todos lados así.

Al principio me daba un poco de corte pero luego pensé “a ver, esto es algo que le puede pasar a cualquiera y hay que superarlo y ya está, no pasa nada”.

Luego la gente me decía “qué guapa, que bien te queda, vas a poner de moda el pañuelo”… Lo llegué a ver cómodo, lo veía divertido, al final era un complemento más… sabía que para cada vestido tenía un pañuelo y adornaba un montón…

Tal vez me costó un poco más en las cejas, porque sin las cejas te quedas como sin rostro, sin facciones… Lo que me molestaba era que para salir a cualquier cosa, me tenía que pintar siempre la ceja y la raya, porque con la cara limpia, se te ve cara de enferma, estas fatal, te cambia mucho la cara… aunque llevara una gorra o un pañuelo, yo iba siempre con la raya y las cejas, también para ir a la piscina, me compré gorros de natación de distintos colores…

En algún momento me llegó a afectar, los comentarios de los niños que se burlaban, pero no me escondía, para qué si era un secreto a voces, no me dio vergüenza… lo acepté como algo que, al fin y al cabo es un tratamiento, es temporal…

Pero ha sido gracias al maquillaje que me he visto bien. Creo que las personas que no sepan maquillarse, o que no tengan ganas o voluntad, lo pueden pasar mal, muy mal…

Además, me acuerdo que en esa época tuvimos muchos eventos, comuniones, la boda de mi hermana… me dio pena no poder ir con un buen peinado, porque a mí me gusta probar con los peinados, cambiar… pero al final, luego fue una preocupación menos, me compré un turbante con un tocado muy bonito y fue muy cómodo.

…Sí que me afectó, no me veía bien, pero encontré el aliciente en el maquillaje, en los pañuelos, en comprarme ropa, me compraba mucha ropa para verme bien y salía a caminar para no engordar… terminé disfrutando con eso, y el entorno me ayudó mucho, fue muy generoso en palabras, en decirme que estaba bien, que estaba guapa…

¿Qué cosas influyen más en cómo te ves…?

La ropa, a lo mejor es muy materialista… pero cuando tengo algo de ropa que me gusta y me veo bien, me siento más segura… y bueno, el tener un buen día, también… eso funciona, el día que te levantas y te ves guapa… que no hace falta ni que te pintes la raya. Tal vez, te ve alguien y te dice qué mala cara traes, pero tu te ves bien y no te importa…

¿Cómo te afecta la mirada de los demás?

Los comentarios me afectan un montón, aunque sean comentarios positivos, es como que me dan vergüenza… A lo mejor, otras personas, se lo dicen y se estiran, pero a mí no, me dan vergüenza, me gustaría sentirme bien, y poder decir “pues sí”…

Y eso que yo hago mucho por arreglarme, por vestirme para sentirme bien conmigo misma y porque también me gusta ir bien y que me vean bien los demás. Pero lo hago y me genera el sentimiento contrario… depende de la circunstancia, de las personas, de muchas cosas…

En una boda, por ejemplo, no me importa que me lo digan porque me he arreglado para lucirme…(se ríe) pero en otro lado, en el día a día, me da como pudor, dudo si estoy llamando la atención, aunque nunca voy llamando la atención, pero me hace sentir rara… entonces depende del contexto, de las personas, me puedo sentir cómoda o incómoda…

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¿Puedes identificar momentos de tu vida que han influido en tu imagen o lo que pensabas de ti misma?

Déjame pensar… qué difícil. Pero sí, diferentes momentos y, sobre todo, personas…

Recuerdo cuando empecé a salir, en la adolescencia, porque yo pasé de jugar con las Barbies a no entrar en casa… Un verano salí por la noche con mi hermana en el pueblo, porque no estaban mis amigos de mi edad. Entonces mi hermana mayor me dijo que fuera con ella, me vistió, me maquilló y a mi me gustó, pasé de niña a mujer y… me gustó… entré en la adolescencia, fui consciente de eso, y me gustó, me sentí que pegaba…

Luego, al volver a mi casa, empecé a salir por la noche con mis amigas y conocí a una chica que me influyó mucho en cuanto a imagen. Era más atrevida, salía todas las noches, se teñía el pelo de rubio, ligaba mucho y como que encajamos y empezamos a influirnos la una a la otra, nos comprábamos la misma ropa, yo me corté el pelo como ella… Yo tenía el pelo muy largo y me lo corté corto…

También, hay un momento, que siempre iba con mi primo que era muy guapo, y mis tíos, que son mis padrinos, me llevaban a todos lados, iba de vacaciones con ellos, como nos llevábamos tan bien con mi primo… Y a dónde íbamos la gente decía “que niño más guapo, qué guapo es”… luego me miraban y decían, “tú también…” (se ríe).

Otro momento, cuando hice la comunión, mi madre me rizó mucho el pelo, me hizo tirabuzones y quedó bien, llamó la atención. En la iglesia el cura me llamó… para mi fue importante porque, de entre todos, me llamó a mí: “a ver esa morena clara que viene muy guapa…”. Y entonces la familia me escribió dedicatorias “para la morena guapa… “ Toda esa semana estuve con el pelo rizado…. (Risas) Eso me hizo pensar, bueno será que no soy tan fea… aunque nunca me sentí fea, me sentía normal…

Luego, más que momentos fueron personas… A mí siempre me gustó el tema de la moda, el vestir o el maquillaje, y por ahí me gustaba alguien como se vestía y lo copiaba… Cuando entré a la universidad, la novia de un amigo tenía mucho estilo vistiendo, y me dije, “me voy a vestir yo también así, me gusta como queda…”

Pasé de las cadenas y la moda bones, de camisetas con calaveras y playeras, que era lo que se llevaba en la adolescencia, a un estilo más pijo… El estilo de esta chica transmitía seriedad, era todo como muy blanco, daba sensación de responsabilidad, de orden, muy limpio… Siempre colores claros, muy bien planchado, todo como muy recto… el pelo perfecto, todo perfecto. De esa época, mis amigas dicen, “Mari siempre con el pelo perfecto, siempre iba con todo perfecto…”

Y después ya en la universidad, quería vivir más cosas con mis amigas, no quería perderme de hacer cosas con ellas y no quería perder tanto el tiempo con el maquillaje, con tener todo tan perfecto… y empecé a vestir de otra manera, más cómoda, porque iba con pantalones súper ajustados… pero si salíamos, sí me arreglaba totalmente…

Por último, cinco cosas positivas que te definan…

Empatía, suelo empatizar bastante con las personas, soy muy capaz de comprender, me pongo bastante en el lugar de los demás… Iba a decir tolerante, pero no es verdad, con la edad, no me estoy volviendo tolerante…

Creo que soy una persona alegre, me gusta estar alegre… Me gusta ser ordenada, creo que es algo positivo

También creo que soy simpática. Me gusta ser generosa, con los míos. Soy voluntariosa

Familiar, me gusta estar en familia, eso no lo quiero perder… me gustaría que fuera así toda la vida…

Me gusta ser anfitriona… me gusta hacer que las personas se sientan bien…

Despistada, muy despistada… bueno eso es negativo…. (risas)

No soy rencorosa, con gente que te hace sentir mal, que te hace cosas feas, no soy de las personas que guarda rencor o la devuelve… pienso, para qué voy a hacer lo mismo que me han hecho, yo no soy así… me gusta ser buena gente, creo que soy buena gente

Creo también que soy muy versátil en mis roles. Puedo ser muy madre con mis hijos, si salimos con amigas, puedo ser muy amiga, joven, divertida… si tengo que ser mujer, con mi marido en casa, con mi familia, lo soy… Creo que las personas no sólo somos un rol, podemos ser muchas cosas y hacerlo bien… a mí me gusta sentirme importante en esos roles, me gusta cómo soy…

Dice nuestra entrevistada tras duplicar el número de características positivas que le habíamos pedido… algo que no es muy frecuente. En general, las personas tienen mucha dificultad en encontrar y expresar cosas positivas de sí mismas, no es éste el caso… pero, ya sabemos, Maricarmen #lotiene.

 

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Foto Doblelente Boda

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Foto Doblelente Boda

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